Somewhere in Time

Melik Ohanian
Vision issue 5, October-November 2006

De Appel es un instituto para el arte contemporáneo situado en el corazón de Amsterdam. Abierto en el año 1975 y nombrado así por el socio fundador holandés del movimiento COBRA Karel Appel, funciona como plataforma para jóvenes artistas y ofrece un programa de adiestramiento anual para aspirantes conservadores de arte contemporáneo. Seis exposiciones son planificadas por año, una de las cuales es la que ultima el entrenamiento de antedicho. Esta exposición, la mayor parte de las veces, ocurre hacia el final del año de estudiante. Septiembre, por otra parte , es el mes de apertura de la nueva temporada. Este año, el consejo curatorial de De Appel ha invitado al artista francés-armenio Melik Ohanian (1969) para un exposición retrospectiva de su trabajo. ‘En algún sitio en el tiempo’ podrá verse hasta al 5 de noviembre.

La historia de Armenia y su gente no es sólo comleja e intricada, sino también marcada por acontecimientos sumamente traumáticos. Entre circunstancias diferentes, la situación transcontinental física de Armenia ha convertido este país en un campo de batalla durante siglos. Aún que podría ser problemático lo que queda de esta historia dolorosa es la naturaleza confusa de que es lo que los eruditos llaman genocidio –el cometido por las autoridades turcas a mediados de los años 1910 y que el director Atom Egoyan ha abordado en su película Ararat.

Ohanian, cuyo abuelo logró escapar hasta Francia durante estos años terribles, trata de este pasado que se ha hecho in memore. Ohanian sigue el consejo de Walter Benjamín en sus famosas teorias de la historia; mientras trata el pasado, en realidad el objetivo es el presente. El presente y su urgencia son para él ejemplo de la juventud marginada de Bijlmer, un suburbio de Amsterdam, y con quien actualmente desarrolla un proyecto creativo que complementa su presencia institucional en De Appel. Esto es también la necesidad de dar voz a las minorías étnicas y económicas ante un sistema cada vez más globalizado que no proporciona oportunidades de vida iguales. Con su trabajo ‘la Mano’ (2002), Ohanian aborda poéticamente el problema del paro en Armenia como una consecuencia de la caída del régimen soviético.

Sus trabajos constituyen el cruce de caminos diferentes para encontrarse y establecer la resonancia el uno con el otro. Sus piezas tienenvarios centros conceptuales que prolongan y enriquecen el entendimiento el uno del otro. Cuestiones nacionales se relacionan con cuestiones sociales, que a su vez se relacionan con cuestiones políticas y económicas. La naturaleza dialéctica de la práctica artística de Ohanian satisface una realidad que no se deja definir en términos simples; sus estrategias artísticas son múltiples, imprevisibles y en constante negociación con el presente. El sello del trabajo de Ohanian es su interés contínuo para las preguntas de la memoria, su naturaleza representativa y, por extensión, su relación dcon la conceptualización del tiempo. Pero ¿son las memorias reconstrucciones noveladas del pasado, nuevas invenciones de viejas experiencias? Y sin embargo, las memorias –personal o colectiva, privada y oficial– son una piedra del edificio de la identidad personal de de una comunidad. La cosa más importante probablemente diría Ohanian, son estas memorias que decidimos abrazar y que en última instancia serán capaces de cuestionar y enriquecer el modo en que vivimos y miramos a las cosas. La práctica creativa de Ohanian ofrecen memorias alternativas, memorias ardientes, memoria que revelarán la naturaleza construida de otras memorias; las memorias que hablan de la ética de l acto de memoria.

Ohanian es un artista francés-armenio que forma parte de una generación nueva y pro-metedora. Por su trabajo, Armenia, Francia y ahora los Países Bajos se han convertido en sitios donde reflexionar sobre lo que es una nación, una comunidad, una historia personal. Por desplazamiento, derribando y transgrediendo las barreras de géneros, formatos y medois de comunicación, Ohanian desafía el más característico de todos los rasgos humanos –la inmutabilidad de sus hábitos de pensamiento.